jueves, 13 de diciembre de 2012

Soy un Radical

Soy un radical, lo reconozco. Sin embargo permítanme decirles que no siempre fui así. Verán; a raíz de la toma de posesión del ejecutivo Rajoy no ha habido viernes que no haya sido terrible para los intereses de la mayoría de sus representados, así como beneficioso para una pequeña clase elitista formada por banqueros y demás tipos de defraudadores.

Hace un año toda España estaba como loca por echar a Zapatero. Rajoy iba a llegar y besar el santo; Tres millones y medio de puestos de trabajo -ahí es nada- nos prometió Gonzalez Pons, adalid del antizapaterismo que ahora parece Manu Chao cantando "me llaman el desaparecido" ¿En qué quedó su promesa de trabajo pa´tos?  En una reforma laboral como un piano que ya ha provocado dos huelgas generales, la primera de ellas convocadas por el propio Rajoy desde Bruselas, único lugar en el que "larga" algo.

Es usted un poco radical -dirán. Y puede que no les falte razón. No obstante en mi defensa debo decir que si. Es cierto que el hecho de que la reforma educativa promovida por el Ministro Wert persiga que los niños que asistan a la escuela pública se aprendan antes el padrenuestro que la Tabla de Multiplicar es algo que me preocupa enormemente. Me preocupa porque soy padre y mis amigos y compañeros también son padres y hasta abuelos algunos. Y hablando de abuelos; a nuestro querido presidente se le debería caer la cara de "wertgüenza" después de la tropelía que ha perpretrado con nuestros mayores al no revalorizar las pensiones. Volviendo a la educación, no puedo entender como nadie trate de convencerme de que sea posible elevar el nivel de enseñanza en nuestro país recortando presupuesto a la educación. ¿Creera el señor Wert que somos idiotas? Pues se equivoca. Por suerte nosotros si tuvimos una educación ejemplar, o como le gusta decir a Rajoy, como Dios manda -con asignatura de religión y todo- pero aun así, excelente.

-Eres un radical y un "rojeras" me dice algún conocido. Puede ser. Pero, no me negarán que hacerle pagar a un jubilado por sus medicinas tiene delito; ni la enfermedad se disfruta ni los medicamentos son bienes de consumo. ¿Qué más da? Todo sea por contentar a la troika, y si los enfermos crónicos tienen que volver a  pagar las ambulancias, (más que pagadas con los impuestos) pues que las paguen. No se hable más.

Otro asunto que me enoja es el lío que ha montado Gallardón con la justicia y si, ya lo sé; ustedes me dirán que alga había que hacer. Que no puede ser que los juzgados anden colapsados, al fin y al cabo la justicia lenta deja de serlo pero ¿de dónde va a sacar un parado los quinientos euros que le van a pedir en la ventanilla del juzgado para querellarse contra su jefe? ¿Estamos locos o qué?

Tal vez piensen que soy un "pasado". Pero si todo un sector de la población tan típicamente conservador como es el de la judicatura se muestra profundamente en desacuerdo, por decirlo suavemente, con los cambios legistlativos del actual ministro de Justicia puede que se deba a las enormes orejeras, tan típicas de este gobierno, que utiliza Gallardón para no escuchar las opiniones de los afectados, damnificados diría yo, por sus leyes.

En suma, lo que quiero transmitir es que nos encontramos ante un gobierno que, sistemáticamente utiliza el argumento manoseado de la crisis para demostrar quién está arriba y quien abajo. Diferenciar entre la señora y la sirvienta es su principal objetivo y claro, ustedes pensarán que soy un radical pero ¿quién se puede fiar de un ministro de economía procedente del gigante bancario cuya quiebra es la causa, en gran medida de esta maldita crisis? Así nos va, gracias, entre otros al dúo galáctico formado por De Guindos y Montoro las cartas de Aramís Fuster inspiran más confiaza  que la economía española, y si no se lo creen asómense por la ventana y verán el dinero, como las oscuras golondrinas volando hacia Suiza o Luxemburgo, sólo que los capitales dificilmente volverán en primavera.

Y para que terminen ustedes de catalogarme junto a los más locos Quijotes que en España han sido, les diré que este gobierno, bajo mi radical punto de vista, por supuesto, debería ser acusado de alta traición y delito de lesa patria; sólo hay que ver como está socavando el ánimo de casí todos los ciudadanos que viven, muchos malviven, en España. Muy al contrario parece que somos otros los sospechosos. ¿Les parezco tremendista? ¿como no serlo si resulta que nuestro querido ministro del interior prepara una ley para que no se pueda grabar en las manifestaciones y endurecer el tratamiento legislativo a la resistencia pasiva hasta convertirlo en delito de atentado contra la autoridad? De momento vuelan las multas en aquellos lugares donde se convocan manifestaciones contra este gobierno. Les recomiendo que sean precavido y procuren, si quieren mantener en su bolsillo lo mucho o poco que les quede, no frecuentar lugares en los que se proteste contra el Ejecutivo Rajoy. No serían los primeros despistados a los que se les sancionan, además sin avisarles,  simplemente por pasar por ahí.  O aun peor a ver si les van a encarcelar por ejercer su derecho a manifestarse ¿les suena el nobre de Alfon? Ya saben; otro radical.

1 comentario:

  1. Si lo que tan bien escribe el sr. don gato es ser radikal.... Yo también soy RADIKAL

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